Recuerdo que era el año de 1879 cuando en un ranchito, de nombre Anenecuilco por la ciuda de Morelos allá entre las milpas, se decía de un chilpallate que cambiaria la historia de este México pa’ bien o pa’mal quien sabe…y ese huerco lo nombraron Emiliano Dagoberto Zapata. Y asi jue creció y nos juntábamos todas las tardes para ir a nadar al rio o cuando nuestras mamaseses se iban a lavar y es que la época que vivimos jue rete pesada que hasta recuerdo sus palabras: “Cuando crezca luchare con toda la gente pa ser todos iguales y que la tierra ha de ser del indio que la trabaja, porque como no bía de ser distinto si el sudor que riega las milpas es la que sale de nuestra frente, si al descansar el sol a quien li arde la espalda es al pión dejando allí sus juerzas, sus alegrías, sus lágrimas, sus ilusiones y hasta los golpes recibidos por el capataz”. Esti Emiliano era requeteenamorado pero también le daba ritiharta tristeza y mucha muina cuandol’ amo li gustaban las muchachas más bonitas y se las llevaba a juerza porque no era justo qui si las llevaran de esa manera. Pero asi juimos creciendo hasta que nos organizamos para levantarnos contra la dictadura onde que nos tuvimos que jullir pa la capital y allá nos encontramos con muchos pelones y que les armamos la revuelta pa’ cabar con las injusticias. PA QUE LA TIERRA SEA PA QUIEN LA TRABAJA asi decía mi compadre Emiliano Zapata.
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